martes, 30 de septiembre de 2014

La culpa es de Ben

Y ahora os contaré por qué. Nunca pensé que un martes fuese a dar para tanto. No sé ni quiero saber cuanto he caminado hoy, pero teniendo en cuenta de que solamente he utilizado un viaje de metro en los últimos cuatro días y hoy no me he sentado más que para los momentos de desayuno-comida-cena, creo que lo de apuntarme al gimnasio es algo que puedo descartar.
Por la mañana he quedado con Casey, una chica americana que estudia en mi facultad y que es básicamente un copy paste mío. Pero tal cual. Hemos comido en Green Park porque el día lo merecía. Por cierto, si os dicen que en Londres siempre llueve, que sepáis que son falacias.

Green Park
Y después he quedado con una de mis favoritas, Ele, que está de visita en la ciudad. Y ojalá se quedase aquí para siempre conmigo, eh. La verdad es que lo de repetir nuestras noches universitarias santiaguesas en Londres sería demasiado top para este mundo. 

Soho Square
Neal's Yard. Probablemente uno de los sitios más chu-chu-chu-chulis de la ciudad. 
¿Puedo vivir en esta M&m's World?¿PUEDO?
Victoria's Secret o El sitio con las cremas que mejor huelen en esta y otras galaxias.
Flores, flores, flores. 
BEN, TE ODIO.
Sí. Es su culpa. Ben's Cookies tiene probablemente -y siempre después de las de mi queridísima Ro- las mejores galletas del mundo. Tienen varias tiendas, esta es de la de Oxford Street pero si entráis en su web y trasteáis un poco, os enteraréis de dónde encontrarles. Galletas de chocolate negro, chocolate con naranja, pepitas de chocolate, chocolate y pasas. GALLETAS Y GALLETAS DE CHOCOLATE. E incluso chocolate con galletas de chocolate sin queréis. En fin, tenía pendiente probarlas y ahora no estoy totalmente segura de si son mi peor enemigo o el amor de mi vida. Solo el tiempo lo dirá, pero esta de tres chocolates me ha robado el corazón y probablemente me empiece a robar también las libras.

lunes, 29 de septiembre de 2014

The City

Hace casi una semana que me he mudado a Londres, ¡quién me lo iba a decir hace un año! Durante los primeros días hice pequeños resúmenes-diarios en mi Facebook que voy a copiar aquí también -añadiendo alguna que otra cosa-. 


Día 1: he visto toda la ciudad desde el avión y ha dado igual que haya sido la octava vez, me ha parecido igual de inmensa que la primera. El metro bien, sigue como lo dejé en mayo. Y la gente sigue igual de amable. Hemos caminado muchos kilómetros por amor al arte en una calle en la que había muchas peluquerías de lujo -algunas con restaurante incluído- y hemos recorrido Regent Street que seguían con el modo LFW on y estaba lleno de coches en los que te hacían la manicura, muchos DJs y muchos cócteles. Y bueno, me comí el sandwich con bacon, pollo, espinacas y mayonesa más rico del mundo. Por cierto, que sepáis que aunque pierda el dépor, puedes encontrarte a gente con su camiseta en el Sainsbury's a las doce de la noche.

Tomo nota.
LA FIORENTINA de Pizza Union. Se merece las mayúsculas.
Día 2: Holland Park cuando hace sol es genial, sobre todo el jardín japones. Y bueno, las ardillas. He caminado hasta Spitafields y Pizza Union se ha convertido en mi nuevo sitio favorito porque la pizza fiorentina>>>>>la vida. Parece que he estado en un país árabe pero no, Whitechapel y sus cazadoras de cuero a cinco libras han sido el bien. También los tallarines y el agua de coco con piña, que es como volver a la adolescencia a base de Malibú. En el Royal Albert había muchísima gente, probablemente por algún concierto. También he estado en el Soho, que está adornado con farolillos chinos por todas las calles, y en Covent Garden, que tiene una Apple Store en un edificio precioso. Como último dato del día, estoy enamorada de esta ciudad. Pero eso no es algo nuevo.

Hampstead
Holly Village, Highgate 
Puestos de gochadas comida en Camden
Día 3: he ido a la Universidad y salgo horrorosa en el carnet. En la parada de metro en la que me bajaré todos los días para ir a clase me he cruzado con el teclista de uno de mis grupos top, also known as Kyle Simmons y me ha parecido surrealista. Es muy alto y muy guapo, por cierto. Hemos caminado un montón de kilómetros para llegar al cementerio donde está enterrado Marx y también un escritor al que la gente le deja bolígrafos encima de la tumba. En Camden Market me he comprado una sudadera con el logo de mi grupo favorito porque creo que me he dejado la camiseta en mi casa :( También hay carteles de un concierto que dieron a principio de mes y que yo vi desde mi salón con Isita, que por cierto la echo mucho de menos. La residencia en la que voy a estar las próximas dos semanas está al ladito de Hyde Park y tengo una compañera de habitación que creo que es adicta a los noodles. Ah, y me han regalado unas patatas medianas en el McDonald's.

Neasden Temple. Sigo en Londres aunque no lo parezca. 
Old Royal Naval College. Aquí nacieron algunos Tudor, vamos, una choza. 
Día 4: he estado en la India. Me han explicado un montón de cosas sobre su historia y religión de las que creo que mucha gente debería tomar nota. Por cierto, el templo está al lado de un Ikea y del Wembley Stadium y mis ganas de que llegue junio han aumentado considerablemente. También he estado delante del O2 Arena, y ha sido gracioso porque la última vez que estuve ahí me enamoré del grupo que ha disminuído notablemente mi vida social. Greenwich Market es precioso y comer raviolis a la orilla del río está bastante bien. Había una boda al lado del consevatorio de danza y música y fuimos en autobús hasta Rusell Square. La City se ve preciosa desde el río. Añadiré que os escribo mientras me tomo un chocolate caliente y una ensalada griega. Y ya me he acabado las aceitunas.

Cuando sea rica, comprar vinilos en Urban Outfitters será mi modo favorito de postureo. 
Banderines anunciando la NFL en Regent Street. 
Y una floristería que me crucé esta mañana yendo hacia Portobello. Estaba diluviando y no tenía paraguas porque ODIO LOS PARAGUAS. 
Y bueno, hace dos días mami me abandonó y empezó mi aventura. Hasta el momento he descubierto el maravilloso mundo de Poundland, me han dado a elegir entre té o champán (opté por la opción menos alcoholica) y me han invitado a bombones en Regent Street y voy a ver a The 1975 en dos días. Repito, voy a ver a The 1975 en dos días. Y me han regalado la entrada. Ya me estoy muriendo por ver a Matty en movimiento.


martes, 16 de septiembre de 2014

DCODE 2014

Cuando pensaba que ya había tenido suficientes viajes y conciertos este verano pueeeees llegó a mi vida la oportunidad de ir al DCODE de una forma bastante low cost. Y como en realidad lo de pensar en haber ido a demasiados viajes y conciertos es una mentira inmensa porque nunca, y repito, NUNCA es suficiente, pues me he marcado un fin de semana en Madrid bastante interesante del que me quedo con tres cosas:

Lo brutales que son Royal Blood
Lo increíble que es Jake Bugg en directo
Lo adorable que es Lauren Mayberry





miércoles, 3 de septiembre de 2014

Me gusta One Direction y todavía no he matado a nadie

Es así. A pesar de que parezca increíble -creo que- sigo siendo buena persona.

Soy fan, MUY fan de hecho y lo llevo bien, de verdad. Con orgullo. He ido a verles en concierto varias veces, me he comprado singles, discos, camisetas, pósters y etcétera, etcétera, etcétera. Y en pleno Siglo XXI, año 2014, aún he tenido que justificar por qué me gusta este grupo en más de una y de mil ocasiones.

No lo voy a negar, me costó admitirlo y al principio renegué de ellos. Mis excusas eran las que podéis escuchar vosotros mismos si pronunciáis delante de un grupo de gente con sobredosis de ego cultural las cuatro palabras malditas: 'Me-gusta-One-Direction'. Cuidado, que puede que os salga la marca tenebrosa. Las perlitas más típicas que os encontraréis son:

Es una boy band, ¿cómo te va a gustar una boy band?
Son unos críos
Son comerciales
Cantan mal y hacen playback
¿Qué pasaría si fuesen feos, te gustarían?
Son gays - SI, HE LLEGADO A ESCUCHAR ESTO EN VARIAS OCASIONES-

Y entonces me veo obligada a soltar el rollo de siempre y empezar a contestar a cada una de esas frases como si le debiese algún tipo de explicación a la otra persona. Porque me gusta un grupo de cinco chicos que no pasan de los veintidós años y eso, eso es algo terrible y digno de ser visto por un especialista.


CONTADME MÁS.

Sin embargo, hay algo gracioso en todo esto. Mi caso, pese a que a los ajenos al tema les resulte sorprendente, es el de muchas otras -maravillosas- personas que conozco. One Direction comparten espacio en mi top con nombres como Arctic Monkeys, The Strokes, Oasis, The Killers...y a día de hoy y tras muchos años nunca me han hecho un interrogatorio de tercer grado sobre por qué si o por qué no sigo a alguno de estos -u otros- grupos.

La respuesta la he encontrado en Internet y mi veredicto es que eso a lo que se llama 'indie' ha hecho mucho daño a la sociedad -Que por cierto, y no quiero asustaros, pero lo que se incluye en ese término es lo más comercial y mainstream que habemus en nuestros días. Tranquilos, de momento ni es contagioso, ni mata-.

La realidad es que hay una lista de grupos, libros, series y películas que están bien vistos y hay otra lista de grupos, libros, series y películas que deberían ser quemados en el infierno mientras suena de fondo alguna canción de Tame Impala. Por eso de purificar. Y que tires más hacia uno u otro lado te convierte en el más cool o en el máximo desecho del grupo. 

- ¿Que te gusta Justin Bieber?
Y así continuamente. Lo más curioso que he aprendido en todo este tiempo -que no ha sido poco- es que los que más disfrutan criticando los gustos culturales de los demás son aquellos que muchas veces anuncian a bombo y platillo que defienden un montón de causas sociales y que llevan el respeto por bandera. Y yo, ingenua de mi, sigo sin entender cómo se puede pedir respeto por algo grande si no se aprende a respetar lo más pequeño. 

Aunque también existe el caso contrario. Puede que no te guste algo que esté bien visto por la sociedad le guste al resto del mundo. Ay. De verdad, yo acepto que os guste Juego de Tronos y que escuchéis a Los Beatles. Porque no, no me gusta Juego de Tronos y no me gustan Los Beatles -entre otras muchas cosas-, y vivo con ello en una paz inmensa. Por supuesto no me he librado de numerosos sermones que me han intentado convencer de que me tienen que gustar porque son mejores que x o que y. Y por supuesto, ha sido tiempo vital que esos pobres seres humanos han malgastado conmigo. Ahora lanzo una pregunta al aire, ¿alguien de la sala ha recibido alguna charla por odiar los cacahuetes o la pizza con doble de queso?

 

Y bueno, podría seguir hablando del tema durante días. Hay una cosa que me encantaría que sucediese en alguno de los próximos siglos y es que, en temas culturales -y con esto vuelvo a hablar de literatura, cine y música- dejase de considerarse que un algo es mejor que otro algo. Además, se tiende a mezclar los pepinillos con la velocidad, pero esa es otra historia.

En mi mente lo que significan esos conceptos -los de literatura, cine y música- es algo mucho más profundo que 'este libro está mejor escrito' o 'esta película tiene mejor fotografía'. En cuestiones de cultura hay algo más y es algo que va con cada persona. Por supuesto sobra decir que para mí el argumento 'esto es mejor que esto otro porque lo dice fulanito o menganito' queda completamente invalidado. 

Como resultado de diez años escuchando críticas hacia elementos que componen mi mundo he obtenido una conclusión. La única aprobación que necesitamos en cuanto a gustos e ideas es la de uno mismo. Afortunadamente yo me apruebo siempre, y con nota.

Así que para acabar, a los que sigan odiando y pensando que tienen la razón absoluta en estos temas les mando todo mi apoyo y cariño para que algún día consigan librarse de la presión que tiene que ser estar en una constante posición de superioridad. Estoy segura de que aceptar y no atormentarse por los gustos del resto del mundo resulta liberador. A aquellos que han conseguido ver más allá, solo una cosa: you can sit with us.



lunes, 1 de septiembre de 2014

Probando, probando

Pues se supone que yo debería estar en un tren a Hogwarts -llego unos años tarde, todo sea dicho- pero aquí estoy, en mi casa y (re)inaugurando un blog.

A ver cuanto me dura.